La mejor opción es alquilar un barco en Denia, en la Comunidad Valenciana, donde puedes preparar todo el avituallamiento que necesitas para el viaje y disfrutar de algunos de sus opciones para el entretenimiento. Al norte del municipio se sitúan las playas de Les Marines y al sur La Marineta Casiana seguida por las calas rocosas de Las Rotas. Se pueden además realizar visitas guiadas al Parque Natural del Montgó o conocer alguno de sus más de 300 restaurantes, en su mayoría especializados en delicias del mar.

Alquilando el barco en Denia y cruzando las aguas del tranquilo Mediterráneo, llegarás a la Playa de Illetes, en Formentera, una preciosa cala cuyo nombre debe a los pequeños islotes que la salpican. El islote más cercano a la playa es Es Forti, con unos 200 metros de longitud que tiene una torre de Defensa del siglo XVI. Es un lugar perfecto para fondear tu barco de alquiler y pasear mientras se pueden ver las playas de Palma Nova. Puedes pasar el día tanto en Es Forti como  en la vecina Cala Comptessa, de arena fina y rodeada por pinos; y, por la noche, disfrutar en la Playa de Illetes de los restaurantes con vistas al mar.

El puerto de Formentera se encuentra a escasos minutos de las mejores playas y fondeaderos del Mediterráneo. Este puerto, además, cuenta con todo tipo de servicios para cubrir sus necesidades durante la travesía marítima: talleres mecánicos, servicio de limpieza abordo, lavandería, aseos y duchas, restaurantes y alquiler de coches y motos entre otros muchos. Para las maniobras de atraque en el Puerto contarás además con servicio de marinería formado por profesionales.

Puedes fondear directamente el catamarán de alquiler en esta playa que tiene algo así como 140 metros de longitud y 120 metros de anchura, compuesta de arena blanca/dorada y bañada por aguas cristalinas. Es la única playa, considerada como tal, que aparece en el litoral poniente de Formentera. Está bordeada por un denso pinar que se puede pasear por sendas que discurren entre los árboles o bordeando la costa, en dirección oeste, pudiendo llegar hasta Punta Rasa. Normalmente el nivel de ocupación es alto pero desde tu barco de alquiler no tendrás que preocuparte de dónde poner la toalla.

Llegados a Ibiza, el puerto es uno de los lugares de copas más emblemáticos. Este puerto se localiza a los pies de las Murallas de Ibiza donde se encontraba el antiguo barrio de casas de pescadores, el barrio de la Marina, hoy la mayoría reconvertidas en locales comerciales o bares de copas. Es uno de los mejores lugares para conocer gente de todo tipo y nacionalidad. Todo el Puerto de Ibiza en sí es un espectáculo. Puedes encontrar desde un precioso y bien antiguo mercadillo hippie que ha sobrevivido a varias décadas a toda clase de personajes desinhibidos o pasacalles de las discotecas de Ibiza.

Esta playa que respira quietud y serenidad es una larga curva de 2 km de arena fina rodeada de pinos y dunas. La entrada al mar tiene una inclinación muy suave, podemos entrar muchos metros adentro sin que el agua llegue a cubrirnos o bañarnos en las piscinas naturales de poca profundidad. En el entrante rocoso podemos sentarnos y ver los islotes de Es Freud. Existe la opción de alquiler de catamaranes pequeños en Ses Salinas para quienes gustan del salpicar del agua.

Esta playa lleva el nombre de la antigua salinera que se encuentra a unos pocos cientos metros, en una zona poco visible y no muy llamativa desde la propia playa. En este lugar hay un embarcadero con casitas que mantienen el espíritu isleño. Un lugar exclusivo que pocos conocen.

Para terminar con nuestro viaje llegamos al Suroeste de la isla, frente a la Cala d´Hort. Es Védra se combina con siete islotes que forman el Parc de Cala d´Hort i Es Vedrà, declarados reserva natural desde 2002. Se cree que tiene propiedades mágicas. Algunas personas afirman haber tenido visiones en este lugar e incluso se afirma que podría formar parte de un segundo “Triángulo de las Bermudas”. Dicen que la fuerza magnética del islote es tan fuerte que desorienta a las palomas cuando pasan cerca de ella.
 

Finalizada nuestra travesía contaremos en nuestro diario de abordo las preciosas playas de arena fina en las que hemos fondeado, las excursionistas realizadas en unas zonas declaradas como Reserva Natural y las historias de leyenda y mística que los aldeanos nos contaron cuando atracamos el barco en su puerto. Un viaje sin desperdicio y memorable desde el puerto de partida que sólo podía ser posible alquilando un barco y diseñando nuestro propio itinerario.