Nuestra ruta náutica empieza en el puerto deportivo de Ibiza Nueva, situado en la prolongación del paseo marítimo de la capital de la isla, un poco alejado de centro de la ciudad. En contrapartida, se trata de un lugar bastante tranquilo por la noche a pesar de contar con más de quinientos amarres, una buena parte de ellos destinados a barcos de alquiler. Antes de embarcar vale la pena perderse por las pequeñas calles adoquinadas de la parte vieja de Ibiza, conocida como Dalt Vila, y subir hasta el castillo medieval, desde donde podremos gozar de unas vista impresionantes sobre la ciudad. Navegaremos rumbo sur hasta fondear nuestro catamarán, veler o yate de alquiler frente a Es Cavallet, una playa kilométrica y bastante virgen, protegida por dunas de arena y un cinturón verde de montículos. Cuando sopla el viento del Este se suelen levantar grandes olas que hacen las delicias de los surfistas mas experimentados.

Es Cavallet es oficialmente una playa nudista, aunque el nudismo se practica principalmente en la parte media de la playa, oculta por las dunas. Es también conocida como la playa más gay de la costa ibicenca gracias al Chiringay, un chiringuito situado en el extremo sur de la playa que ofrece música disco y cócteles todo el día. En el extremo opuesto de la playa, junto al aparcamiento, hay dos restaurantes, El Chiringuito y La Escollera, bastante exclusivos y donde es fácil encontrarse a famosos tomando algo.

Nuestro primer contacto con Formentera será Es Pujols, un municipio turístico que reúne las tres características más buscadas por el turista nacional e internacional: sol, playa y diversión nocturna. La playa homónima, de arena fina y blanca y aguas transparentes, es muy representativa de lo que nos vamos a encontrar en la totalidad de las playas de la isla. Tanto si navegamos en velero como si viajamos en yate las mejores condiciones marinas y subacuáticas para el fondeo las encontraremos en la zona sureste de Punta Prima.

Es Caló de Sant Agustí (Es Caló) es un antiguo pueblo de pescadores situado al pie de la montaña de La Mola, en una de las zonas más privilegiadas de Formentera. Cuenta con un puerto natural refugiado de vientos y mareas donde podemos amarrar nuestro barco de alquiler para lanzarnos a explorar las pequeñas y bellas playas de los alrededores o disfrutar de la gastronomía isleña. Aunque es un núcleo pequeño, hay varios restaurantes que ofrecen buen pescado y platos típicos de Formentera, como la burrida de ratjada (raya guisada con almendra picada) o el guisat de marisc. Sentados en cualquiera de sus terrazas frente al mar podremos disfrutar también de estupendas vistas sobre el mar y la costa de la vecina Ibiza mientras saboreamos alguno de sus digestivos tradicionales, como La Frígola, las Hierbas Ibicencas o el Palo. Seguimos costeando Formentera con nuestro yate de alquiler y después de pasar ante el Far de la Mola nos dirigimos hacia la Playa de Migjorn, una de las más grandes de Formentera, con más de 5 km de costa de arena que ocupa casi todo el sur de la isla.

Playa de Migjorn es un lugar ideal para practicar deportes náuticos o simplemente para disfrutar de la tranquilidad que ofrecen sus rincones de belleza salvaje (calas y calitas) y sus aguas cristalinas. Eso sí, hay que tomar algunas precauciones a la hora de fondear porque existen algunas barreras rocosas paralelas a la costa que podrían dañar nuestra embarcación. Lo mejor será anclar nuestro catamarán de alquiler (o velero o yate) a 100 metros de la orilla.

La Cala Saona, encajonada entre dos acantilados, se ha mantenido bastante virgen - solo hay un establecimiento turístico de dimensiones reducidas-. Es la única playa, considerada como tal, que aparece en el litoral de poniente de la isla de Formentera. Nuestra última escala antes de navegar de regreso a Ibiza será La Savina, donde se encuentra el puerto de Formentera. La Savina se convirtió en puerto cuando se cerró el abrigo artificialmente, uniendo una punta de la isla a un islote, denominado precisamente La Savina. El movimiento en el puerto es continuo, con presencia tanto de barcas tradicionales dedicadas a hacer excursiones por el litoral como de barcos de alquiler (yates, catamaranes, goletas o veleros) procedentes de Ibiza.

De camino hacia Ibiza Nueva, donde pasaremos la noche, fondearemos nuestro velero de alquiler en la Playa d'en Bossa, situada a unas 2 millas del puerto. Es una playa muy popular, sobretodo entre los amantes de los deportes acuáticos. Allí nos daremos un baño antes de seguir hasta Ibiza Nueva, donde se acaba nuestro viaje. Si después de siete días de relax tenemos ganas de marcha, podemos salir a bailar a alguna de las famosas discotecas de Ibiza, pero hay otras opciones para disfrutar de la noche, como por ejemplo sentarse en una terraza del puerto, ir de compras (¡durante la temporada alta las tiendas están abiertas hasta la medianoche!), ir de tapas o conocer el famoso mercadillo hippie Las Dalias. Un final redondo para unas vacaciones redondas que te sabrán más a poco que nunca.
*La ruta indicada es sólo orientativa, cualquier error en el contenido, no será motivo de reclamación. Si quiere visitar otros lugares, la ruta puede ser modificada en función de sus preferencias. En caso de alquilar una embarcación con patrón, éste podrá decidir cambios en el itinerario previsto por causas imprevistas y/o ajenas a la organización